OJOS DE POETA
Tras la sonrisa amarga se yergue la sombra, suave y tenaz solos y tan abundantes. Ojos del poeta. Celoso de la materia la absorbe y las circunscribe para sí mismo en palabras. Poeta egoísta, poeta de sueños y de perlas y abismos de mar. Contracción diatriba de su mundo de fantasmas, elocuentes palabras, mal habla, mal vida, mal dormir, comprensión de lo extraño de lo bueno y de lo malo, de la inconsistencia de lo equilibrado, concepción de un mundo que gira, giran sus personas se dilata el tiempo, en donde todo funciona, de las flores amarillas, donde los insectos depredan en silencio en costuras, arañas tormentosas de oscuras penumbras.
Allí, su pluma retrae alabanzas al momento, de sus ojos errantes, son los testigos. En demasía sus sentidos exaltados, sueño de poeta sueño de suspiros y partículas errantes, ridiculeces que esconden vida, mayores que esconden simplezas, aquí roe la pluma su encanto de herramienta, la verdadera la que guía al mundo, corazones de poetas. Las ideas, velos extraños inaceptables que se abren lentos, apaciguan los lamentos, dan esperanza, molestan los denuestos esos, los controladores. La vida camina y confunde, luces multicolores apañan en tormentas el reloj de arena de la luna llena. No se dejaran parar por gotas de roció aunque en ella encuentre un leve suspiro.
Allí la preocupación apasionada, allí las distancias no contestan, salen al sol por la mañana y su fulgor no quema, sus retinas exclaman la belleza al alba. Horrendos giros de pensamientos, desastres son ya sus recuerdos cuando la cimitarra corta los bellos cristales tan frágiles: en donde ahonda la inconsciencia y revienta la empatía de todo, de todos, unos objetos se vuelven otros, ¿Qué pasa ya con la lógica? ¿Qué pasa con el sueño? Herrumbres sonidos de metal, de campanas y fulgores, son las auroras de un paraíso infinito frio y extraño, divagas, divagas poeta.
Allí la preocupación apasionada, allí las distancias no contestan, salen al sol por la mañana y su fulgor no quema, sus retinas exclaman la belleza al alba. Horrendos giros de pensamientos, desastres son ya sus recuerdos cuando la cimitarra corta los bellos cristales tan frágiles: en donde ahonda la inconsciencia y revienta la empatía de todo, de todos, unos objetos se vuelven otros, ¿Qué pasa ya con la lógica? ¿Qué pasa con el sueño? Herrumbres sonidos de metal, de campanas y fulgores, son las auroras de un paraíso infinito frio y extraño, divagas, divagas poeta.
El taciturno de amigos se llena, de frases glotonas que revientan, son esas frases la incredibilidad que se descubre; sois igual las épocas, sois iguales las historias y sin embargo diferentes, mis allegados darán a conocerse, antes de que se derrumben se levantaran, por los siglos de los siglos como caminos serpenteantes de rayos que caen.
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